GaraziSánchez
BIO
Sus padres han sido siempre muy deportistas y amantes de los planes al aire libre y Garazi mamó ese estilo de vida desde muy joven. Su padre hacía kayak surf en la playa de Laga, y ella y su hermana pasaban mucho tiempo en la orilla, jugando con un buggy.
Garazi Sanchez comenzó a surfear a los siete años, con una tabla Hang Ten de un antiguo surfista, un mítico de la playa que ella frecuentaba. Su familia la conserva en el trastero y Garazi cuenta que a veces sigue surfeando con ella, aunque a duras penas.
La afición, por lo tanto, fue convirtiéndose en profesión y ahora conjuga la parte más romántica de este deporte con la competición. Compite en el circuito WQS y sueña con alcanzar el nivel más alto del surf mundial y con ser olímpica en 2020, en unos Juegos, los de Tokyo, en los que el surf formará parte del programa olímpico por primera vez.
El surf le enganchó desde el principio: «Tienes que controlar muchísimas partes de tu cuerpo y tienes que estar muy presente. Desgraciadamente hay muy pocos momentos en la vida en los que conseguimos tener esa presencia. El surf te obliga a ello, porque el mar se mueve y necesitas ese control sobre tu cuerpo. Por eso la comparación con el yoga, por esa sensación de estar presente y ser consciente de tu respiración, de tus brazos… O estás o te caes. Es algo que engancha», ha declarado.
Garazi fue subcampeona del circuito europeo en 2017 y terminó 22ª en la competición individual del Mundial disputado en Tahara en 2018.
En 2019 sufrió una grave lesión que le tuvo apartada de la competición durante todo el año.
Garazi compagina su carrera deportiva con sus estudios de empresariales.